22 junio 2007

En mi pueblo se jugaba a bote cuando éramos muchos, alrededor de 20. Se jugaba de noche, pues la gracia estaba en que las sombras ayudaran a los jugadores. Algún día que probamos a jugar de día, resultó un desastre.

Preparación

Lo primero es encontrar un lugar donde poder jugar, un lugar suficientemente grande para poder esconder a todos los jugadores, pero suficientemente acotado para que los que se la quedan tengan alguna opción. En mi pueblo jugábamos en las calles comprendidas en dos únicas manzanas de casas, aunque llenas de recovecos.
Luego se elige a los 2 jugadores que se la quedan. Existen muchos métodos tradicionales de elegir a quien se la queda, del único que me acuerdo ahora mismo es del de pito pito gorgorito donde vas tu tan bonito a la era la pradera pin pan fuera. A quien le tocaba fuera se libraba. Los 2 últimos se la quedaban.
Por otro lado había que conseguir una lata vacía, meterle unas cuantas piedras para que hiciera ruido y cerrarla bien por arriba. A esa lata se le llamaba bote. Nosotros guardábamos el bote de un día para otro, pues no es tan fácil encontrar una lata. El tamaño ideal de la lata es el de una de tomate frito de medio kilo.
Finalmente se elegía a los tres jugadores que iban a dar las tres patadas al bote con las que se empezaba a jugar, normalmente los más rápidos o los que más lejos solían enviar el bote.

Objetivo

El objetivo del juego para los jugadores que se la quedan es ver a todos y cada uno de los jugadores y decir, golpeando con el bote contra el suelo, bote, bote por Fulanito para cada uno de ellos. Todos los jugadores vistos dejan de jugar y permanecen a la espera cerca del bote.
El objetivo para el resto de jugadores es no ser vistos por los que se la quedan y liberar a los jugadores que hayan sido vistos.

Jugar

Los jugadores escogidos por aclamación popular para dar las tres primeras patadas al bote hacen lo propio y comienza el juego. Nada más dar la primera patada, el resto de jugadores excepto los que se la quedan huyen a esconderse. A medida que se van dando las patadas al bote, los jugadores que lo hacen también tienen que huir. Los que se la quedan, en el momento que cogen el bote y lo devuelven a su posición inicial, pueden empezar a acusar a la gente que identifiquen a partir de ese momento.
Los jugadores que se la quedan deben seguir tres normas:

  • El bote siempre debe permanecer en su posición inicial, en el suelo, y no puede tocarse a menos que sea para acusar a un jugador identificado.
  • Nunca puede haber más de tres pasos entre los dos jugadores que se la quedan, de esta forma tienen que ir más o menos juntos a cualquier lado.
  • Cada vez que identifiquen con seguridad a un jugador tienen que regresar rápidamente al bote y decir bien alto bote, bote por el jugador identificado.
El resto de los jugadores deben seguir otras normas:
  • Si los que se la quedan dicen bote, bote y el nombre de un jugador, éste tiene que salir de su escondite, regresar a donde está el bote y esperar a que otro jugador lo libere (o se termine la partida).
  • Un jugador no puede salirse de los límites establecidos; si lo hace y es descubierto, se la queda en la próxima partida.
  • Si un jugador llega al bote antes que los que se la quedan puede darle hasta tres patadas, liberando a todos los jugadores identificados hasta entonces. Es como si empezara de nuevo la partida, para desgracia de los que se la quedan.

Y ya está, así de simple, en cuanto los que se la quedan identifiquen a todos los jugadores, pues se acaba la partida, y si se quiere, empieza la siguiente. En esta ocasión, se la quedan los 2 primeros jugadores identificados, para castigar lo mal que lo han hecho.

Conclusión

Es uno de los juegos míticos de mi infancia. Las noches de verano en mi pueblo no se podían entender si no se jugaba al bote, era fundamental. Como se trataba de divertirse, la gente tendía a arriesgarse, a juntarse en grupos, etc, lo que hacía la vida más fácil a los que se la quedaban. El lugar elegido para jugar es fundamental, en nuestro caso se podía acceder al bote desde tres frentes, desde un lado de la calle, desde el otro y desde una callejuela oscura, es decir, que había tres esquinas cercanas desde las que poder llegar al bote. Y tanto me gustaba este juego que algún día escribiré una segunda parte en la que cuente anécdotas, estrategias, intente dibujar un plano con el sitio en el que jugábamos, etc.

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