0 comentarios 28 diciembre 2007

Cada dos años, por nochebuena, me toca ir al pueblo de mis abuelos a celebrar la navidad. Nos reunimos casi toda la familia, dando vida a un pueblo que por estas fechas está prácticamente muerto. Durante muchos años lo único que se podía hacer era jugar al Scattergories casero, a las cartas de toda la vida y poco más. Las cosas como son, era bastante aburrido. Desde que la afición a los juegos de mesa llamó a mi puerta, decidí que ya era hora de que cambiaran las cosas. Hace dos años fueron las navidades del Ciudadelas, el único juego de los que tenía entonces que permitía jugar a bastantes jugadores. El juego gustó bastante. Para este año, con la afición mucho más asentada, tenía preparados juegos que sabía que también iban a gustar.

Funkenschlag
El mejor juego al que he jugado este año no podía faltar, además, pueden jugar hasta 6 jugadores. La primera partida fue el sábado 22 de diciembre en Valladolid. Jugamos Raquel, mi padre, mi madre y yo. Mis padres no tardaron en pillarle el truco, en definitiva se trata de un juego sencillo. Mi madre ganó la partida con autoridad, cogiendo suficiente ventaja nada más empezar y anticipando el final sin que ninguno pudiéramos hacer nada. La segunda partida fue el lunes 24 de diciembre en Micieces, el pueblo. Jugamos mis primos Victor Manuel, Fernando y Rita, Raquel y yo. Mis primos tampoco tuvieron ningún problema con el juego, aunque en esta ocasión, no dejé ganar a los novatos. Una magistral jugada que retrasó el inicio de la segunda fase me permitió ganar sin demasiados apuros.

Hombres lobo de Castronegro
Cuando compré este juego lo hice pensando precisamente en estas navidades, pues no suelo juntar a tanta gente dispuesta a jugar demasiado a menudo. Las primeras partidas fueron el domingo 23 de diciembre por la noche alrededor de la chimenea que hay en la casa de mis padres. Éramos mis primos Maria, Maurino, Susana, Rita, Carlos, Paloma e Isabel, Ricardo el novio de Isabel, Raquel y yo. Hubo algún momento brillante, casi todos ellos propiciados por Ricardo, pero 10 jugadores no es suficiente para que el juego funcione bien. La tarde noche del lunes 24 de diciembre nos juntamos 15, mi hermana Elena y mis primos Pablo, Victor Manuel, Fernando y Ana se unieron a los que ya estábamos. Ahora el juego funcionaba. Con 3 hombres lobo y cupido, el cazador, la vidente y la niña apareciendo de vez en cuando, el juego funcionó a las mil maravillas. Entre Ricardo que estaba en su salsa, Pablo que lo hacía realmente bien y los demás, que cada uno en su papel no lo hacíamos mal, pasamos muy buenos momentos. El martes 25 de diciembre jugamos de nuevo 10 jugadores, no estuvo mal. Cabe destacar la puñalada trapera que me dio Raquel haciendo creer a todo el mundo que era la niña cuando en realidad era un hombre lobo. Sin lugar a dudas, Los hombres lobo de Castronegro ha sido el juego de las navidades.

Saboteur
Otro juego que permite jugar a bastantes jugadores. A mi cada vez me gusta menos, pero por alguna extraña razón, tiende a gustar a los demás. Se jugaron bastantes partidas, aunque en cuanto pude, convencí a tres maestros constructores para jugar a otro juego.

Los pilares de la tierra
El martes 25 de diciembre, antes de ir a comer empezamos la primera partida. Jugamos Maurino, Ricardo, Carlos y yo, todos novatos excepto el que escribe. Aunque la primera ronda se hace ligeramente pesada, sobre todo cuando hay jugadores nuevos por en medio, el resto de la partida fluye perfectamente, porque si una cosa tiene este juego es que es muy intuitivo, todos los jugadores tienen claro el funcionamiento y el objetivo del juego. Me alegro de que sea Juego del Año en España, realmente se lo merece. La partida quedó a medias porque había que ir a comer, pero en cuanto pudimos, volvimos a ella. Maurino ganó. Tan buen sabor de boca nos dejó que los cuatro jugadores nos miramos y dijimos ¿otra?. En esta segunda partida el ganador fue Ricardo, que con una estrategia basada en la arena (estrategia que me había fallado a mí en la partida anterior), ganó sin demasiados problemas. Sin lugar a dudas se trata de un muy buen juego, equilibrado, que adapta suficientemente bien el famoso libro.

Bohnanza
En algún momento de las navidades se jugó a este juego, aunque yo creo que no ha sido uno de los favoritos. A mi personalmente empieza a aburrirme, especialmente con jugadores que no negocian como si estuvieran en medio de un zoco de Túnez.

Railroad Tycoon
La noche del martes 25 de diciembre estaba reservada al juego que tengo con la caja y el tablero más grande. En esta ocasión éramos mis primos Maurino, Rita, Carlos y María, Raquel y yo. Ninguno habíamos jugado nunca, aunque las reglas me las había leído unas cuantas veces y creía tenerlo todo controlado. Cuando empecé a explicarlo me empezaron a surgir dudas, me daba la impresión de que todo era demasiado caro, que los ingresos eran demasiado bajos, no se, me pareció que el juego no podía funcionar, que me había equivocado en algo, incluso propuse jugar a otra cosa, pero bueno, al final nos pusimos con ello. Las primeras rondas fueron un tanto confusas, nadie sabía que es lo que había que hacer. Poco a poco le pillamos el truco, empezamos a construir líneas ferroviarias, urbanizar ciudades, emitir certificados, mover mercancías, etc. El juego funciona y funciona muy bien, los turnos son rápidos y para nada pesados pese a jugar seis jugadores. Ganó Maurino. En definitiva, un buen juego al que ya tengo ganas de volver a jugar.