17 noviembre 2007

Nombres: Drachengold, Dragon's gold
Autor: Bruno Faidutti
Editorial: Descartes Editeur
Año: 2001
Jugadores: 3-6 (recomiendo 5-6)
Duración: 45 minutos

Drachengold es uno de esos juegos que uno compra porque está realmente barato en alguna tienda online (menos de 5 euros) y parece que no comprarlo es perder dinero. En esta ocasión me he llevado una grata sorpresa, pero no siempre ocurre lo mismo. Es un juego que refleja bastante bien los problemas que había en cualquier partida de rol cuando se mataba al dragón (o al malo de turno) y había que repartir el tesoro.


Componentes
Los componentes cumplen su función, aunque personalmente no me entusiasman. Las cartas de dragón tienen un dibujo de un dragón (¡oooooh!), un número que indica sus puntos de vida, otro que indica la cantidad de tesoro visible y otro que indica la cantidad de tesoro oculto. Las cartas de aventurero, cuatro para cada jugador, son algo más bonitas que las de dragón y además del dibujo correspondiente tienen un número que indica la fuerza. Finalmente, en una bolsa de tela hay un montón de fichas de colores, el tesoro, que como son redondas, tienden a escapar del lugar en el que las colocas y eso me revienta (ocurre lo mismo en el Elfenland, pero eso ya está solucionado). Y se me olvidaba, también hay seis pantallas, una carta de mercado y un reloj de arena.
Nota: el juego incluye también unas cuantas cartas de objetos mágicos, cada una de ellas con un texto en perfecto alemán. Como yo no las utilizo, no comentaré nada más sobre ellas, sólo que se utilizan en una modalidad de juego avanzada.

Objetivo
Drachengold propone una forma de jugar básica y otra avanzada. Yo juego a la avanzada, utilizando las reglas básicas relacionadas con los objetos mágicos, pues como ya he dicho, no utilizo las cartas de objetos mágicos.

El objetivo del juego es conseguir con tus aventureros el mejor tesoro posible. El valor de cada una de las fichas de tesoro es el siguiente:
  • Dorada: ganas 3 puntos cada ficha.
  • Plateada, roja: ganas 1 punto cada ficha.
  • Blanca, amarilla, verde, azul, morada: ganas 10 puntos por ser el que más fichas tienes de un color. Ganas 5 puntos por tener fichas de estos 5 colores.
  • Negra (sólo hay una): no ganas puntos con las fichas blancas, amarillas, verdes, azules y moradas, pero ganas 15 puntos.
Preparación
Cada jugador coge 4 cartas de aventurero de un mismo color y las coloca boca arriba enfrente suyo; un mago, un ladrón, una guerrera y un guerrero, vamos, el típico grupo de aventureros de los juegos de rol de fantasía medieval. Coge una pantalla del mismo color y la coloca enfrente suyo; aquí se va a ocultar el tesoro que consigue matando a los dragones.

Se mezclan las cartas de dragón y se colocan cinco boca arriba en medio de la mesa. El resto de cartas forman un mazo del que saldrán más dragones a medida que nuestros aventureros se los vayan cargando. En mitad de ese mazo se introduce la carta de mercado, que ya explicaré más adelante. Sobre cada una de las cartas boca arriba de dragón hay que colocar tantas fichas de tesoro tomadas al azar de la bolsa como diga dicha carta (el número de tesoro visible).

Desarrollo
Empieza un jugador cualquiera. Cada jugador en su turno coloca uno de sus aventureros disponibles al lado de uno de los cinco dragones. Es posible que haya aventureros de otro jugador atacando al mismo dragón, de eso se trata. Los aventureros tienen una determinada fuerza: el mago 1, el ladrón 2, la guerrera 3 y el guerrero 4. Los dragones tienen entre 6 y 10 puntos de vida. En el momento en el que la fuerza sumada de los aventureros iguala o supera los puntos de vida del dragón, el dragón muere y toca repartirse el tesoro.

Cuando muere un dragón, lo primero que hay que hacer es añadirle el tesoro oculto, tantas fichas como diga el correspondiente número de la carta. Si entre los aventureros hay un único mago, éste se lleva todas las fichas de tesoro rojas (objetos mágicos) y las guarda tras su pantalla. Si hubiera dos o más magos, ninguno se las lleva. A continuación se gira el reloj de arena, que determina el tiempo que tienen todos los jugadores con aventureros implicados en la muerte del dragón para repartirse el tesoro. Si llegan a un acuerdo, cada cual guarda su parte del tesoro detrás de la pantalla. Si no llegaran a ningún acuerdo, el tesoro no se lo queda ninguno y se retira de la partida. Y esto es lo mejor del juego. Por cierto, los jugadores que hayan participado con un ladrón en la muerte del dragón, puede robar una ficha al azar de detrás de la pantalla a cualquiera de los demás implicados. Si el mismo jugador tiene un ladrón y un mago, puede escoger la ficha que roba al otro jugador. La carta del dragón muerto se retira y se reemplaza con una nueva, a la que hay que colocar el tesoro visible. Los aventureros implicados se apartan temporalmente hasta que el jugador se queda sin aventureros, momento en el que los recupera.

Cuando en vez de un dragón aparece la carta de mercado, se gira el reloj de arena para determinar el tiempo que tienen los jugadores para intercambiar tesoro entre ellos, siempre y cuando lleguen a un acuerdo. De esta forma uno puede cambiar aquello que no favorece especialmente a su estrategia.

Final
La partida se termina cuando se acaban las fichas de tesoro del saco y se matan a todos los dragones a los que todavía les queda tesoro. Gana el jugador que obtiene más puntos (ver Objetivo).

Conclusión
Drachengold es un juego que alrededor de una mecánica excepcional, la repartición del tesoro en el tiempo proporcionado por el reloj de arena, consigue que todos los jugadores pasen un buen rato. Es tan dinámico que no da tiempo de aburrirse. No conviene abusar mucho del juego, pues tiende a cansar, pero para distender el ambiente entre partidas a juegos más densos, va de perlas. Es recomendable para todos aquellos que les gusten los juegos con mucha interacción, con negociación, con componente psicológico. Proporciona grandes momentos mientras se trata de llegar a un acuerdo:

Pepe. Quiero la verde, la blanca y una plateada, repartiros lo demás como queráis.
Juan. Pero de que vas... además, tienes un ladrón y nos vas a robar.
Luis. Eso...
Pepe. Pues nada, que se acabe el tiempo, a mi me da igual y os voy a robar de todas formas.
Juan. Venga Luis, para mi la dorada y para ti las 2 plateadas.
Luis. ¿Y por qué me voy a llevar yo menos que tú? Al revés, yo la dorada y tú las plateadas.
Pepe. Se acaba el tiempo, decidiros de una vez.
Juan. Pepe, para ti la blanca y la verde, para mí las 3 plateadas y para Juan la dorada, es lo justo.
Pepe. No.
Luis. Serás cabrón...
Pepe. Es lo que hay.
Juan. Luis, las 2 plateadas para ti y la dorada para mí.
Luis. Que no, pesado, que se acabe el tiempo.
Pepe. Vaaaaale, tomar una plateada.
Luis. Venga, 3 plateadas para mí, la dorada para Juan y la verde y la blanca para Pepe, ¿vale? Rápido...
Juan. Vale.
Pepe. Vale.

Componentes: 6/10.
Tema: 7/10.
Dificultad: 3/10.
Valoración: 7/10.

Un buen juego de relleno que por su precio no debería faltar en ninguna ludoteca.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo este juego lo veo divertido, me llama la atencion pero dudo que funcione.
Cualquier jugador se puede negar a la reparticion, luego es facilisimo que te piques o seas un listillo, y en cuanto que vayas el 1º negarte a toda reparticion y ganar, no se me parece que es un juego que pierde el control totalmente...

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