02 julio 2007

El pasado viernes estuve en mi segunda nit lúdica en HomoLudicus, Granollers. Fue una noche distinta, pues coincidí con Josep M. Allué, un diseñador de juegos con muchas cosas que enseñar. A ninguno de los juegos a los que jugué (con excepción del mío) había jugado antes.

Tobynstein
Se trata de un juego del propio Allué, que será publicado próximamente. Es un juego sencillo a la vez que macabro. El objetivo del juego es construir un animal a partir de los restos de animales encontrados en el cementerio. El primero que encuentra tres trozos de animal compatibles, los cose y los anima con un rayo, gana la partida. Todos los jugadores a la vez eligen la acción que va a realizar: robar, coser o cavar. Robar consiste en robar un trozo de animal no cosido a otro jugador. Coser consiste en unir dos trozos de animal. Cavar consiste en desenterrar un trozo de animal del cementerio. Si un número par jugadores eligen robar en el mismo turno, ninguno de ellos puede robar (esto es lo mejor del juego, Aidi intentó robar tres veces y nunca lo consiguió). Si lo hace un número impar, sólo roba el último jugador. Cuando cavas pueden suceder eventos, como que cae un rayo, encuentras un objeto, etc, lo que le da un poco más de vida al juego. En resumen, un juego sencillo con el que reírse un rato.

El tesoro del capitan Flint
Continuamos con otro juego de Allué, también sencillo. En esta ocasión se trata de un juego de cartas que me recuerda de lejos al Coloretto, de esos de ¿me arriesgo o no me arriesgo?. El objetivo del juego es quedarse con la mejor parte del botín del capitan Flint. A medida que se van destapando cartas (objetos del tesoro), cada jugador en su turno tiene la opción de reclamar todas las joyas de un mismo tipo o todas las de un mismo color, todo ello en función de 5 cartas iniciales que tiene cada jugador. Los objetos del tesoro puntúan de distinta forma e incluso hay alguno maldito, como no podía ser de otra forma. Me ha parecido un juego muy entretenido y en mi opinión, muy publicable.

El mercado de Tlatelolco
En esta ocasión probé el juego con jugadores a los que les gustan los juegos sencillos y el resultado no fue tan bueno como esperaba. Las reglas avanzadas cuestan de asimilar y en una única partida no creo que se les pueda sacar todo el juego. Esta partida me ha empujado a ponerme a pensar también en unas reglas básicas, como ya me habían sugerido antes, más parecidas a las del juego presentado al concurso, pero con alguno de los detalles incluidos en las reglas avanzadas.

Marinva! El joc
Este es un juego que Allué (y no se si alguno más) hizo para celebrar el décimo aniversario de su empresa. Es un Memory con eventos. El juego es entretenido, pero no es para mí, estos juegos de memoria visual nunca me han entusiasmado, seguramente porque soy muy malo, aunque me parece que lo de los eventos (levanta las 4 cartas que rodean, pierdes todas las parejas, pierdes una pareja) está muy logrado. Allué también nos enseñó otros juegos, esta vez infantiles y que por ello no me llamaron demasiado la atención.

Message to the Czar
Por último, cuando ya era bastante tarde, los cuatro que cerramos HomoLudicus jugamos a un juego llamado Message to the Czar. En este juego de aspecto sumamente sobrio y que podría (y debería) ser abstracto, de lo que se trata es de hacer llegar al Zar un mensaje. El mecanismo para avanzar por el tablero es demasiado complicado de explicar con palabras (aunque no de poner en la práctica), pero es cuanto menos curioso. El final del juego, metido con calzador para dar un poco de emoción, es un ¿me arriesgo o no me arriesgo? que aunque entretenido, no le pega nada a un juego que nos tuvo a todos callados (incluso uno de la mesa de al lado se preocupó con tanto silencio) hasta ese momento. En resumen, un juego que aunque no me pareció malo, no creo que merezca una segunda oportunidad.

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